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Vacaciones con tu mascota: Consejos para viajar cómodo y seguro este verano

Sol, maletas, carretera… y esa emoción inconfundible que anuncian las vacaciones. Pero si eres de los que no concibe un viaje sin la compañía de su peludo, ya sea un perro con alma aventurera o un gato curioso y tranquilo, sabes que viajar con tu mascota requiere algo más que entusiasmo. Hace falta planificación, sentido común y, sobre todo, mucho cariño.

Cada vez son más las personas que eligen compartir sus escapadas con sus animales de compañía. Y no es para menos: verlos correr por una playa nueva, olfatear caminos distintos o simplemente disfrutar del tiempo juntos en otro entorno no tiene precio. Pero también implica ciertos retos: desde encontrar alojamientos pet-friendly hasta saber cómo transportarlos de forma segura, pasando por asegurarse de que el calor del verano no les juegue una mala pasada.

En este artículo, te acompañaremos paso a paso para que las vacaciones con tu mascota sean una experiencia cómoda, segura y llena de buenos recuerdos. Hablaremos de qué tener en cuenta antes del viaje, cómo elegir el mejor medio de transporte, qué buscar en un alojamiento, y cómo cuidar del bienestar de tu compañero peludo en todo momento. Porque cuando ellos están bien, tú disfrutas el doble. ¿Preparado para una aventura juntos? Vamos allá.

¿Qué considerar antes de viajar con tu mascota?

Viajar en verano es un planazo, pero hacerlo con tu mascota lo convierte en una aventura aún más especial. No hay nada como ver cómo tu perro se asoma por la ventana del coche con las orejas al viento o cómo tu gato se relaja contigo en una casa rural tranquila. Pero para que todo salga bien, hay varios puntos que conviene tener claros antes de poner la primera pata fuera de casa.

Una escapada improvisada puede funcionar entre humanos, pero con animales de compañía la historia es distinta. Ellos necesitan previsibilidad, sentirse seguros, saber que su rutina, aunque adaptada, se mantiene. Y tú, como su cuidador, eres quien puede ofrecerles esa estabilidad aún en medio del cambio.

Antes de salir, tómate un momento para repasar algunos temas clave: desde su salud y comportamiento, hasta los documentos necesarios, el destino elegido y lo que vas a meter en su maleta. Una buena preparación puede marcar la diferencia entre unas vacaciones soñadas y una experiencia estresante tanto para ti como para tu peludo.

Vamos paso a paso.

Revisión veterinaria y papeles al día: su pasaporte al viaje

Una visita al veterinario antes de viajar debería ser el primer ítem de la lista. Aunque tu mascota parezca estar perfectamente, un chequeo general sirve para asegurarte de que está en condiciones de hacer un viaje, especialmente si es largo o al extranjero.

Además, hay requisitos legales que no se pueden pasar por alto:

  • Vacunas al día, especialmente la antirrábica, que en muchos destinos es obligatoria.
  • Tratamientos antiparasitarios recientes, tanto internos como externos.
  • Microchip obligatorio, que ya es ley en muchos países, pero también recomendable si viajas por zonas donde puede extraviarse.
  • Cartilla sanitaria y pasaporte para animales, necesarios para viajes internacionales dentro y fuera de la UE.
  • Certificado de buena salud, en algunos casos, solicitado por alojamientos o medios de transporte.

Tener todo esto preparado evita retrasos, multas o, peor aún, que tu mascota no pueda acompañarte.

Conocer bien a tu mascota: ¿está preparada para el viaje?

Viajar puede ser una experiencia muy positiva, pero no todos los animales lo viven igual. La clave está en saber cómo se comporta tu compañero cuando cambia de entorno, está en movimiento o se relaciona con extraños.

Por ejemplo:

  • Algunos perros sociables y activos se adaptan con facilidad y disfrutan conociendo lugares nuevos.
  • Otros, más nerviosos o mayores, pueden estresarse fácilmente ante cambios de rutina, ruidos o ambientes desconocidos.
  • Muchos gatos, por su naturaleza territorial, no se sienten cómodos fuera de casa, a menos que estén muy acostumbrados desde pequeños.

También es importante considerar su edad, su nivel de energía y si tiene alguna enfermedad crónica o condición que requiera cuidados especiales. A veces, quedarse en casa con un cuidador es una opción mucho más amable para ellos (y más tranquila para ti).

Planificación con enfoque animal: adaptar el viaje a su bienestar

Una vez decides que tu mascota será tu compañera de vacaciones, el siguiente paso es planificar pensando en sus necesidades tanto como en las tuyas. Eso significa:

  • Elegir destinos pet-friendly, donde pueda moverse con libertad y no se vea limitada por normas excesivamente estrictas. Hay playas pet-friendly, rutas de senderismo, alojamientos rurales y hasta restaurantes que la recibirán con los brazos abiertos.
  • Reservar alojamiento con antelación, asegurándote de que no solo acepten animales, sino que estén preparados para recibirlos (muchos dicen “sí” en la web, pero luego ponen mil condiciones).
  • Establecer paradas en el camino si el trayecto es largo, para que pueda beber agua, hacer sus necesidades y relajarse.
  • Preparar su equipaje: incluye su comida habitual, comederos, agua, medicamentos si los toma, juguetes que le resulten familiares, mantita, toalla, cepillo, bolsas higiénicas, protector solar específico para animales si va a estar al sol, y su cama o transportín.

Además, si tu mascota nunca ha viajado en coche, avión o transportín, es buena idea hacer pequeñas pruebas antes del gran viaje para que se vaya familiarizando con la experiencia. Cuanto más cómoda se sienta, más podrá disfrutar del paseo contigo.

¿Cómo elegir el mejor medio de transporte para tu compañero?

Uno de los grandes dilemas al planear vacaciones con tu mascota es decidir cómo viajar. No todos los medios de transporte son igual de cómodos o seguros para un animal, y tampoco todas las mascotas se adaptan de la misma forma. Mientras algunos perros se acomodan felices en el coche durante horas, otros se marean con facilidad. Y en el caso de los gatos, el simple movimiento puede ser suficiente para que empiecen a protestar.

La elección del transporte no debería hacerse solo pensando en la practicidad o el precio del viaje, sino también (y sobre todo) en el bienestar de tu compañero peludo. Aquí te explicamos cómo valorar las distintas opciones.

Viajar en coche con tu mascota: libertad con responsabilidad

El coche es, sin duda, el medio de transporte más flexible para quienes viajan con animales. Te permite adaptar el ritmo del trayecto a las necesidades de tu mascota, hacer paradas cuando lo necesite y llevar todo lo que haga falta sin preocuparte por límites de equipaje.

Ahora bien, para que sea seguro y cómodo, hay algunas normas básicas:

  • Seguridad ante todo: Las mascotas no pueden ir sueltas en el coche. Puedes optar por un arnés con enganche al cinturón de seguridad, un transportín bien sujeto o una rejilla divisoria si va en el maletero.
  • Paradas regulares: Al igual que tú, tu mascota necesita estirarse, beber agua, hacer pis y despejarse. Lo ideal es parar cada 2 o 3 horas.
  • Evita las comidas justo antes del viaje para reducir el riesgo de mareo, pero asegúrate de que haya agua disponible durante el trayecto.
  • Temperatura controlada: Nunca dejes a tu mascota sola dentro del coche, aunque sea por pocos minutos. En verano, el interior del vehículo puede alcanzar temperaturas peligrosas en muy poco tiempo.
  • Ventilación, sí; corrientes, no: Si vas con las ventanillas abiertas, asegúrate de que no saque la cabeza. Aunque parece divertido, puede causarle otitis o lesiones por partículas en el aire.

Un consejo extra: lleva siempre una manta absorbente o toalla por si hay accidentes, y ten a mano sus objetos favoritos para darle tranquilidad.

Viajar en avión: cuando el destino está más lejos

Si vas a recorrer largas distancias o viajar a otro país, el avión puede ser la única opción viable. Sin embargo, para las mascotas, volar puede ser una experiencia estresante si no se planifica bien.

Algunas claves para hacerlo lo más llevadero posible:

  • Consulta las políticas de la aerolínea: cada compañía tiene sus propias condiciones. Algunas permiten mascotas pequeñas en cabina (generalmente hasta 8 kg incluyendo el transportín), mientras que otras solo admiten el transporte en bodega.
  • Transportín homologado: Debe tener el tamaño adecuado, buena ventilación, un fondo absorbente y estar bien cerrado pero sin candado. Tu mascota debe poder ponerse de pie, girarse y acostarse dentro.
  • Aclimatación previa: Haz que se acostumbre al transportín en casa días o semanas antes. Mételo poco a poco, ponle premios, déjalo dormir dentro. La idea es que lo vea como un lugar seguro.
  • Evita vuelos con escalas largas o conexiones ajustadas. Lo ideal es elegir vuelos directos y en horarios donde la temperatura sea moderada.
  • Certificado veterinario y vacunas al día: Lo solicitarán tanto en el check-in como en los controles de entrada del país de destino.

En general, los gatos y perros pequeños llevan mejor el viaje si van en cabina contigo. Para los que deben viajar en bodega, vale la pena conversar con el veterinario sobre si necesita algo para ayudarle a sobrellevar el vuelo (aunque muchas aerolíneas no permiten sedantes).

Tren, bus y barco: otras alternativas que pueden funcionar

Según tu destino, estos medios también pueden ser opciones viables. Aquí te cuento lo que deberías tener en cuenta en cada caso:

  • Trenes: En muchos países, como España, Renfe permite viajar con mascotas pequeñas (hasta 10 kg) en transportín sin coste adicional o con tarifa reducida. Para animales más grandes, hay servicios como los trenes AVANT o algunos regionales donde puedes llevarlo con correa y bozal. Siempre consulta antes y lleva documentación a mano.
  • Autobuses de larga distancia: Aquí la cosa se complica. La mayoría de compañías no permite viajar con mascotas, salvo en transportines que van en los maleteros (lo cual no es recomendable por el calor y la falta de control). Algunas empresas tienen servicios específicos, pero suelen ser más caros y menos frecuentes.
  • Barco o ferry: Si cruzas a Baleares, por ejemplo, puedes llevar a tu mascota en cabinas habilitadas o zonas pet-friendly. Algunas navieras ofrecen camarotes especiales, otras tienen “guarderías” con jaulas, y en algunas puedes pasear por ciertas cubiertas con tu mascota. Eso sí, consulta las normas específicas de cada naviera.

En todos los casos, la clave es anticiparse: llamar, reservar con tiempo y verificar qué se permite y qué no. Cada operador tiene políticas distintas.

Alojamientos pet-friendly: ¿qué tener en cuenta?

Encontrar un lugar donde alojarte con tu mascota no es tan difícil como solía ser hace unos años. Cada vez más hoteles, apartamentos turísticos, casas rurales y hasta campings se suman a la tendencia pet-friendly. Pero, ojo, que «aceptar mascotas» no siempre significa «bienvenida garantizada». Hay que leer con atención, preguntar sin miedo y asegurarse de que el sitio realmente está preparado para recibir a tu compañero como se merece.

Aquí te contamos cómo elegir el alojamiento ideal para ambos… sin sorpresas desagradables.

¿Qué tipo de alojamiento es mejor para viajar con mascotas?

Todo depende de tu estilo de viaje y del carácter de tu peludo. Algunas ideas:

  • Hoteles pet-friendly: ideales si buscas comodidad y servicios. Algunos ofrecen camas para perros, snacks de bienvenida o incluso room service especial. Otros, en cambio, solo aceptan animales pequeños y con mil condiciones.
  • Apartamentos turísticos: perfectos para estancias largas o si tu mascota necesita más espacio. Puedes mantener su rutina de comida y descanso sin molestar a otros huéspedes.
  • Casas rurales: una opción genial si tu compañero disfruta del campo, del silencio y de los paseos al aire libre. Suelen ser más permisivas con el tamaño y el número de mascotas.
  • Campings: muchos tienen zonas habilitadas para animales e incluso actividades o rutas pensadas para ir juntos. Eso sí, asegúrate de que haya sombra y agua fresca.

En cualquiera de estos casos, revisa que el entorno sea adecuado: zonas verdes cercanas, acceso a rutas o parques, poco tráfico si es un lugar rural… tu mascota lo agradecerá.

Qué preguntar antes de reservar: mejor prevenir que discutir

Aunque el alojamiento figure como «pet-friendly», conviene confirmar ciertos detalles antes de hacer la reserva. Algunas preguntas clave:

  • ¿Qué tipo de mascotas aceptan (solo perros, también gatos u otros)?
  • ¿Hay límites de tamaño, raza o número de animales?
  • ¿Cobran un suplemento por mascota? ¿Es por noche o por estancia?
  • ¿Pueden quedarse solos en la habitación? (Importante si vas a salir un rato sin ellos).
  • ¿Tienen zonas comunes habilitadas para estar con tu mascota?
  • ¿Ofrecen servicios extra como camas, comederos, mantas o kits de limpieza?

También es buena idea leer opiniones de otros viajeros con mascota. A veces lo que parece ideal en la web, en la práctica no lo es tanto. Comentarios reales pueden darte pistas sobre la actitud del personal, la limpieza, el acceso a zonas verdes o si las normas son razonables.

Consejos para una estancia tranquila (y sin quejas del vecino de al lado)

Una vez instalados, lo importante es que ambos estéis a gusto… sin incomodar a nadie. Algunos consejos para lograrlo:

  • Lleva sus objetos familiares: su cama, su manta, un par de juguetes. Le darán seguridad y ayudarán a que se sienta “en casa”.
  • Respeta las normas del alojamiento: si no puede subir al sofá o hay que mantenerlo atado en ciertas zonas, mejor cumplirlas para evitar conflictos.
  • Evita dejarlo solo mucho tiempo, especialmente en un lugar desconocido. Puede ladrar, romper cosas o simplemente pasarlo mal.
  • Limpia después de él: ya sea en el jardín del hotel o en la entrada del apartamento, recoger sus necesidades y dejar todo como estaba habla bien de ti… y ayuda a que más lugares sigan aceptando mascotas.

Una buena convivencia hace que el viaje sea placentero no solo para ti y tu peludo, sino también para los anfitriones y otros huéspedes.

Durante el viaje: bienestar y seguridad ante todo

Ya llegaste a destino, el alojamiento es ideal y tu mascota parece tan emocionada como tú. Pero no olvides que, aunque estéis de vacaciones, su bienestar sigue siendo prioridad. Un entorno nuevo puede ser estimulante, pero también agotador o desconcertante para tu compañero. Por eso, mantener ciertas rutinas y prestar atención a su seguridad, sobre todo en verano, es clave para que disfrute tanto como tú (o incluso más).

Aquí te damos algunos consejos prácticos para cuidar su salud física y emocional mientras exploráis juntos.

Mantener su rutina (más o menos) para que se sienta en casa

Las vacaciones son sinónimo de cambio, pero tu mascota agradecerá que algunas cosas se mantengan igual. Las rutinas le dan seguridad, sobre todo si es un animal algo sensible o si está en un entorno completamente distinto.

  • Horarios de comida y paseo similares a los habituales: No hace falta cronometrarlo, pero sí mantener una cierta regularidad.
  • Comida y objetos familiares: Lleva su pienso habitual (cambiarlo de golpe puede causarle problemas digestivos), su comedero, algún juguete, su cama o una manta con su olor.
  • Actividades adaptadas a su energía: No hace falta hacer 20 km de senderismo si tu perro está acostumbrado a paseos tranquilos. Y si viajas con un gato, habilita un rincón tranquilo en el alojamiento donde pueda descansar sin sobresaltos.

El equilibrio entre la novedad y lo familiar es lo que más ayuda a que se adapte bien.

Cuidados en clima caluroso: protegerlo del verano

El verano tiene muchas cosas buenas, pero también algunos peligros, especialmente para los animales. Los golpes de calor, las quemaduras en las almohadillas o la deshidratación pueden arruinar cualquier escapada.

Algunos cuidados imprescindibles:

  • Evita las horas de más calor: Salid a pasear temprano por la mañana o al atardecer. Durante las horas centrales, mejor descansar a la sombra.
  • Agua siempre disponible: Lleva un bebedero portátil o una botella con cuenco. Y recuerda que, como tú, necesita beber más cuando hace calor.
  • Protege sus patas: El asfalto, la arena de la playa o incluso las rocas pueden estar demasiado calientes. Un truco: si tú no puedes caminar descalzo, él tampoco debería.
  • Nunca lo dejes dentro del coche: Ni con la ventanilla entreabierta ni por cinco minutos. La temperatura sube peligrosamente rápido.
  • Atención a razas braquicéfalas (como bulldogs o carlinos): Son especialmente sensibles al calor y deben evitar cualquier esfuerzo en momentos calurosos.

Además, si va a estar mucho tiempo al sol, pregúntale a tu veterinario si necesita protector solar específico para animales (sobre todo si tiene zonas sin pelo o piel clara).

Identificación y prevención de extravíos: más vale prevenir

Un entorno nuevo puede despertar la curiosidad… y en un segundo, tu mascota puede alejarse más de lo debido. Para evitar sustos:

  • Microchip actualizado: Asegúrate de que tus datos de contacto estén correctos en la base de datos correspondiente.
  • Placa identificativa visible: Un collar con su nombre y tu número de teléfono sigue siendo la forma más rápida de volver a encontrarlo si se pierde.
  • Correa siempre en espacios públicos: Aunque sea obediente, en un lugar desconocido puede asustarse, desorientarse o seguir un olor irresistible.
  • Apps o collares con GPS: Son una buena inversión, especialmente si viajas a sitios amplios como zonas rurales, de montaña o de playa.

Si tu mascota se pierde, tener una buena identificación puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia.

¿Y si tu mascota no puede acompañarte?

Aunque la idea de pasar las vacaciones con tu mascota suena ideal, lo cierto es que no siempre es lo mejor para ella. Hay animales que sufren con los traslados, no se adaptan bien a entornos nuevos o directamente se estresan al salir de casa. También hay destinos poco adecuados (por clima, actividades, o normativas) donde podrían pasarlo mal.

Y eso está bien. Ser un buen cuidador también implica saber cuándo decir: “Esta vez te quedas en casa, por tu bien”.

La buena noticia es que hay alternativas seguras y cada vez más profesionales para cuidar de tu compañero mientras tú estás fuera. Te las contamos para que puedas viajar tranquilo… sabiendo que él también estará en buenas manos.

Residencias para mascotas: seguridad y compañía

Las residencias caninas o felinas son una opción muy práctica, sobre todo si tu viaje es largo o si no tienes a alguien de confianza cerca. Las hay de muchos tipos, desde instalaciones sencillas hasta auténticos “hoteles” con piscina, juegos y atención personalizada.

¿Qué tener en cuenta al elegir una?

  • Visita el lugar antes, si es posible, para ver el ambiente y el trato que reciben los animales.
  • Asegúrate de que pidan cartilla sanitaria, vacunas al día y desparasitación. Es señal de seriedad.
  • Pregunta cuántos animales alojan a la vez, cómo organizan los paseos, si hay atención veterinaria o cámaras para verlos en directo.
  • Fíjate en si tienen zonas separadas por tamaño o carácter.

Si tu mascota no está acostumbrada, puedes hacer una “estadía de prueba” un par de días antes del viaje largo. Así se adapta al entorno sin que sea un cambio brusco.

Cuidadores a domicilio: la opción más tranquila para ellos

Si tu perro o gato es muy casero, una opción excelente es contratar un cuidador que vaya a tu casa o incluso se quede a dormir durante los días que estés fuera. De esta forma, la rutina del animal cambia lo mínimo posible: sigue en su territorio, come donde siempre y tiene acceso a sus cosas.

Hoy en día existen plataformas con perfiles verificados, valoraciones de otros cuidadores y seguros incluidos. Pero también puedes optar por alguien de confianza: un vecino, amigo o familiar con el que ya tenga vínculo.

Este tipo de cuidado es ideal para gatos, animales mayores o sensibles, y también para perros muy territoriales.

Familiares o amigos: confianza y cercanía

La solución más clásica, pero aún muy válida. Si tienes a alguien de confianza que pueda cuidar de tu mascota en su casa o en la tuya, ¡adelante! Solo asegúrate de que esa persona entienda bien sus necesidades, rutinas y comportamientos.

Dejarle una lista con horarios, instrucciones claras y el teléfono del veterinario siempre ayuda. Y si puedes hacer una “presentación” previa entre tu mascota y su cuidador, mejor todavía.

Viajar sin tu mascota no tiene por qué ser una experiencia negativa para ninguno. Con una buena planificación y la persona adecuada al cuidado, puede ser una pausa para ambos… y el reencuentro, una fiesta.

Preguntas frecuentes

¿Qué debo llevar en la maleta de mi mascota?

Además de su comida habitual, no olvides incluir: agua, comederos y bebederos portátiles, juguetes, su cama o manta, bolsas para recoger sus necesidades, toalla, documentación veterinaria, botiquín básico (con medicación si toma algo), y productos antiparasitarios. Si viaja en transportín, también una base absorbente o empapador.

¿Es seguro viajar con gatos?

Sí, pero con ciertas precauciones. Los gatos suelen estresarse más que los perros con los cambios de entorno, por lo que lo ideal es que viajen en un transportín cómodo y seguro. Si no está acostumbrado, prepara el viaje con tiempo, usando feromonas sintéticas o ayudándote con el consejo de tu veterinario. Algunos gatos prefieren quedarse en casa con alguien que los cuide.

¿Cómo saber si mi mascota puede viajar en avión conmigo?

Depende del peso y la normativa de la aerolínea. En general, las mascotas pequeñas (menos de 8 kg incluyendo el transportín) pueden ir contigo en cabina. Las más grandes deben viajar en bodega, dentro de un transportín homologado. Siempre revisa las condiciones específicas de la compañía con la que vuelas.

¿Qué pasa si mi mascota se marea en el coche?

Muchos animales pueden marearse durante trayectos largos. Evita darle comida unas horas antes del viaje, mantén el coche ventilado y haz paradas frecuentes. Hay medicamentos que pueden ayudar, pero deben recetarse por el veterinario. También existen suplementos naturales que pueden aliviar el malestar.

¿Puede quedarse sola en la habitación del hotel?

Depende del alojamiento. Algunos lo permiten si el animal se porta bien y no hace ruido; otros lo prohíben directamente. Consulta antes de reservar y, si la dejas sola, que sea por poco tiempo y con todo lo necesario: agua, juguetes, cama y una nota con tu teléfono por si hay alguna urgencia.

¿Qué hago si mi mascota se pierde durante el viaje?

Actúa rápido: busca por la zona, pregunta a los vecinos o al personal del alojamiento, contacta con protectoras locales y veterinarios. Tener microchip y una placa con tu número de teléfono es fundamental. También puedes usar redes sociales o apps de animales perdidos. Llevar una foto reciente ayuda mucho.

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